26 abr 2007

Qué diario. 03 de julio de 2006

Carta de Medianoche III
Hola!
¿Qué tal fue el lunes?
Para mí fue un poco durillo, después del ratito tan agradable de ayer, me ha costado volver al duro... ¡asfalto!
Cuando volvía para casa, me he dado cuenta de algo que no siempre "proceso" convenientemente. Vamos a ver. Si llego a una parada de autobús, en la que no hay nadie, cuando llegue el susodicho técnicamente sería la primera en subir ¿No?. Pues no.
Nunca he podido subir la primera al autobús, cuando no había nadie más esperando. Misteriosamente, aparece gente que se ha colocado estratégicamente a lo largo del tiempo de espera, y que se cuelan. Menos mal que no estoy embarazada, no tengo dificultades motoras, y que me importa un comino ir sentada o no.
Salvo muuuy honrosas excepciones, en las que un caballero, o alguna señora (que siempre protestamos de l@s viej@s -entendiendo como tal, no a una persona mayor, si no a una amargada que supera los sesenta y cinco-, pero peores son las cincuentonas -con perdón de la concurrencia- que encima empujan más que las viejas) cede el paso con un: "Usted primero, llegó antes que yo", lo normal es sufrir atropellos, empellones y miradas de reproche total y absoluto, de modo que te hacen sentir mal por querer pasar antes.
Del metro no voy a decir nada, por que seguro que te han protestado tanto por los empujones, por que no dejan salir antes de entrar, por que se ponen en mitad de la puerta, y te miran mal. En fin.
Que por por que no tengo gato, ni perro, ni bicho ni ná, si no diría aquello de: "Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi gato"
Otra cosa que me fastidia profundamente, es cuando llueve. No por que llueva. Nooooo. Es por el dichoso invento de mil pares de... no lo diré, que hay niños que leen (lo siento, Izan, a veces me pongo nerviosa) Ese que estás pensando. El paraguas.
Bien mirado, es un invento que podría resultar muy útil. Salvo cuando se usa para encasquetárselo sobre la cara de tal modo que n o ves quien viene por la calle en sentido contrario al tuyo, o cuando está abierto bajo un soportal, obligando a quien no tiene uno de esos a salir a la calle (y por tanto al aguacero).
Vamos, que queda demostrado, que me gusta la gente, pero lejos y en grupos reducidos (una cosa es un grupo de amigos de 30 personas, otra una masa enfurecida, tipo mercadillo de Navidad en la Plaza Mayor)
No me quejaré más por hoy, es que me pisaron el juan... digooo el pie
Un saludico

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