26 abr 2007

La Coctelera. 02 de julio de 2006

Odio...
... profundamente a las cucarachas. Bueno. Más que odio, podría decirse que es fobia. Tengo un trauma infantil (paso de contarlo, que si no me quedaré sin valientes que las maten a mi paso)
El caso es que este verano hay un "güevo" dellas en la cocina. Yo tengo una técnica, cuando veo una o un par, pego una voz (sí, sé que es patético, pero no puedo con ellas) ¡¡mamáaaaaaa!! y mi madre las mata, bien con matabichos (si se esconden las puñeteras), bien con la zapatilla, si es en un sitio accesible.
El viernes ví una por la noche, pero opté por un vive y deja vivir. Pero hoy... ggggggg ¡¡no tengo madre que las mate y tenía que meter las cosas en el lavaplatos!!
Así que, en primera instancia, he cogido un trapo de cocina y me he liado a golpes con la vitrocerámica. Pero se ha escondido ¡¡en el lavaplatos!! Cago en la.
He agarrado el matabichos y he dejado la cocina preciosa. Cuando he reunido el valor suficiente, he cogido el trapo y he abierto la tapa, a tiempo de ver como un bicho de esos se iba por el otro lado. Casi he tirado, en plan lanzamiento de disco, los platos a su sitio, y le dí al botón de encendido.
Lo malo, es que ahora (a salvo en mi cuarto) me hacen cosquillas los pelos, el cable del ratón y me creo que es un ser inmundo. gggggggg ¡aaaajjjjcooooo!!!MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAUn saludico (traumatizado)

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