Parece que...
... me voy situando en mi nuevo entorno de curro. Llevo casi dos meses ya (juer, cómo pasa el tiempo) y voy conociendo las cosas.
La verdad es que hay muchísimo más que aprender en este sitio que en cualquiera de los otros en que he estado, además es mucho más interesante, sin pretender menospreciar a los otros trabajos. Pero oye, las cosas como son.
Hasta empiezo a conocer un poco a mi jefe, lo que me ha costado más de un quebradero de cabeza (se supone que soy su secretaria, y aún hoy ni sé cuándo va a estar en la oficina, menos mal que suele estar siempre) y eso me motiva más todavía :D
El caso es que llevo un par de días hesha un jasco, porque no me encuentro muy bien, pero tampoco sé qué me pasa. Mi madre dice que es agotamiento, pero últimamente tampoco hago unos esfuerzos brutales, no sé, como hemos acabado la obra (bueno, la parte más dura) pues yo no soy consciente.
Lo que sí es cierto, es que suelo andar con dolores serios de espalda, y hace un par de semanas tengo sensación de empacho continua. Es decir, como si hubiera comido muchísmo y tuviera el estómago pesado, pero todo el día. Así un par de semanas. El caso es que, a mis horas, tengo hambre, (como le digo a mi compi de oficina: "Teeengo haaaaaaaaaaaaaaaaambre", lo cual nos trae unas cuantas carcajadas) pero cuando me pongo a comer, enseguida me noto llena. Es un poco raro.
El dolor de espalda tiene su explicación: al margen de la obra (mover muebles, aunque pocos y demás) es que he engordado dos kilos, y en cuanto supero una barrera, pues me duele la espalda (no sé si había comentado antes, que tengo la espalda hecha puré). Debo estar comiendo muy mal (como fuera de lunes a jueves), por que en cantidad, como menos de lo normal (hoy he cenado dos salchichitas, y os aseguro que estoy como si hubiera comido una burrada), así que tampoco sé muy bien cómo he engordado eso en menos de un mes.
Ais. Lo que más rabia me da de esto es que suelo quejarme. No es que me pase todo el día con un ¡ay!, pero, claro, cuando mi chico me pregunta que cómo estoy, pues le digo que no muy allá. Así que al pobre, llevo ya un tiempo que no sé cómo no se aburre.
Supongo que a todo esto, también hay que añadirle cómo andan las cosas por casa, que este invierno está resultando durillo. Mi abuelo no ha vuelto a estar ingresado en el hospital, pero como van para mayores y últimamente andan muy machacaos, pues pasa lo que pasa: que están de un malhumor muy serio. Y ¿quien está ahí para aguantar mecha? Pues quien vive con ellos (mi madre y yo). Y como yo soy un ser tranquilo, se produce en casa el efecto dominó: abuelo (o abuela) se desahogan con mamá, mamá aguanta lo que aguanta, y luego se desahoga conmigo. Entre tanto, uno de los dos abuelos (el que se haya "explayado") viene a mí y se empieza a meter con mi madre. Y luego viene la otra pobre a rematar la jugada.
Así pasa, que cuando me da a mí la neura, pues no están acostumbrados, y me ladran por que ¿Qué hago yo diciendo cosas raras? (sigh)
Y luego está la parte en que esta señorita se come el coco haciendo números para cuadrar hipoteca, muebles, letras normales, y gastos mensuales míos fijos, que es un dolor todo.
Ya el otro día decidí que dejo el coche y el deporte (total, para lo que voy) con eso algo cuadro. ¡Ah! y también decidí que dejaré de mirar las etiquetas de los muebles. Para no apabullarme.
Por otra parte, eso también se está arreglando, por que he cumplido con mi deber cívico de hacer la declaración de la renta (toda una experiencia, oye) y me devuelven bastante (para otra gente, seguro que no es tanto, para mí, todo lo que supere 3 números es una barbaridad, aunque sean 1.001, no sé si me exlico)
Amos, que como dice el dicho: Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. (También me vale el de Dios aprieta pero no ahoga, pero como ahora está mal visto lo de las menciones divinas pues para no ofender...)
Güeno, que yo quería seguir con el propósito ese de acostarme protno, para al menos dormir 8 horas diarias, pero veo que es punto menos que imposible. También no sé qué pretendo, si en casa se cena a las 10, hasta las 10 y media largas no termino. Pues eso, entre ver correos y parlamentar con el chico por msn, pues las mil.
Lo dicho, que por la tripa te corre un bicho (peaaaaazo de post me ha salido hoy ¡tenía ganas de hablar!)
Un saludico a totus
... me voy situando en mi nuevo entorno de curro. Llevo casi dos meses ya (juer, cómo pasa el tiempo) y voy conociendo las cosas.
La verdad es que hay muchísimo más que aprender en este sitio que en cualquiera de los otros en que he estado, además es mucho más interesante, sin pretender menospreciar a los otros trabajos. Pero oye, las cosas como son.
Hasta empiezo a conocer un poco a mi jefe, lo que me ha costado más de un quebradero de cabeza (se supone que soy su secretaria, y aún hoy ni sé cuándo va a estar en la oficina, menos mal que suele estar siempre) y eso me motiva más todavía :D
El caso es que llevo un par de días hesha un jasco, porque no me encuentro muy bien, pero tampoco sé qué me pasa. Mi madre dice que es agotamiento, pero últimamente tampoco hago unos esfuerzos brutales, no sé, como hemos acabado la obra (bueno, la parte más dura) pues yo no soy consciente.
Lo que sí es cierto, es que suelo andar con dolores serios de espalda, y hace un par de semanas tengo sensación de empacho continua. Es decir, como si hubiera comido muchísmo y tuviera el estómago pesado, pero todo el día. Así un par de semanas. El caso es que, a mis horas, tengo hambre, (como le digo a mi compi de oficina: "Teeengo haaaaaaaaaaaaaaaaambre", lo cual nos trae unas cuantas carcajadas) pero cuando me pongo a comer, enseguida me noto llena. Es un poco raro.
El dolor de espalda tiene su explicación: al margen de la obra (mover muebles, aunque pocos y demás) es que he engordado dos kilos, y en cuanto supero una barrera, pues me duele la espalda (no sé si había comentado antes, que tengo la espalda hecha puré). Debo estar comiendo muy mal (como fuera de lunes a jueves), por que en cantidad, como menos de lo normal (hoy he cenado dos salchichitas, y os aseguro que estoy como si hubiera comido una burrada), así que tampoco sé muy bien cómo he engordado eso en menos de un mes.
Ais. Lo que más rabia me da de esto es que suelo quejarme. No es que me pase todo el día con un ¡ay!, pero, claro, cuando mi chico me pregunta que cómo estoy, pues le digo que no muy allá. Así que al pobre, llevo ya un tiempo que no sé cómo no se aburre.
Supongo que a todo esto, también hay que añadirle cómo andan las cosas por casa, que este invierno está resultando durillo. Mi abuelo no ha vuelto a estar ingresado en el hospital, pero como van para mayores y últimamente andan muy machacaos, pues pasa lo que pasa: que están de un malhumor muy serio. Y ¿quien está ahí para aguantar mecha? Pues quien vive con ellos (mi madre y yo). Y como yo soy un ser tranquilo, se produce en casa el efecto dominó: abuelo (o abuela) se desahogan con mamá, mamá aguanta lo que aguanta, y luego se desahoga conmigo. Entre tanto, uno de los dos abuelos (el que se haya "explayado") viene a mí y se empieza a meter con mi madre. Y luego viene la otra pobre a rematar la jugada.
Así pasa, que cuando me da a mí la neura, pues no están acostumbrados, y me ladran por que ¿Qué hago yo diciendo cosas raras? (sigh)
Y luego está la parte en que esta señorita se come el coco haciendo números para cuadrar hipoteca, muebles, letras normales, y gastos mensuales míos fijos, que es un dolor todo.
Ya el otro día decidí que dejo el coche y el deporte (total, para lo que voy) con eso algo cuadro. ¡Ah! y también decidí que dejaré de mirar las etiquetas de los muebles. Para no apabullarme.
Por otra parte, eso también se está arreglando, por que he cumplido con mi deber cívico de hacer la declaración de la renta (toda una experiencia, oye) y me devuelven bastante (para otra gente, seguro que no es tanto, para mí, todo lo que supere 3 números es una barbaridad, aunque sean 1.001, no sé si me exlico)
Amos, que como dice el dicho: Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. (También me vale el de Dios aprieta pero no ahoga, pero como ahora está mal visto lo de las menciones divinas pues para no ofender...)
Güeno, que yo quería seguir con el propósito ese de acostarme protno, para al menos dormir 8 horas diarias, pero veo que es punto menos que imposible. También no sé qué pretendo, si en casa se cena a las 10, hasta las 10 y media largas no termino. Pues eso, entre ver correos y parlamentar con el chico por msn, pues las mil.
Lo dicho, que por la tripa te corre un bicho (peaaaaazo de post me ha salido hoy ¡tenía ganas de hablar!)
Un saludico a totus
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