24 ene 2007

La Coctelera. 14 de septiembre de 2005

Como decíamos ayer (Pues como decíamos ayer) aunque no sea exacto, el tema del choque de egoismos (gracias aguilar) da para mucho.
Contaba que, después de la subida de sueldo, casi no me hicieron caso, y añado, que normalmente cuando me hacen estas cosas en casa (con unos abuelos de 89 años, y una madre agotá de oír "ayes" es muy normal) me muerdo la lengua y los dejo hablar.
Eso no quita que me gustaría, puesto que también soy de la familia, que me dejaran vivir mis alegrías, y sobre todo, compartirlas con ellos, ya que tan difícil está siendo el último año y medio.
Que aunque no sea nada especialmente importante, yo pienso que las "pequeñas" alegrías diarias son las que producen más placer.
Lo que es más divertido, es que como no me importa escuchar lo que me cuentan, luego resulta que soy muy mala malísima de la muerte, por que no les cuento mis cosas, y cuando lo hago, pues no me dejan terminar. Por lo tanto (salvo casos muy excepcionales) prefiero callarme, y que no me machaquen lo que me produce alegría. Aunque suene así de triste.
El caso, y ya vamos al "quid" de la cuestión, es que aguilar tiene razón en una cosa: "Es un choque de egoismos: uno quiere que se le escuche y los demas tambien quieren que se les escuche. Pero, ¿dónde radica el problema? En que nadie quiere escuchar, tan solo contar ..." Bueno, realmente es el comentario completo, pero es que tiene razón. En una parte.
A todos (generalizando por una vez) nos gusta que nos escuchen, que nos hagan caso, que nos festejen, que nos alaben cuando llega el momento. Que nos compadezcan cuando estamos mal. (Que no me coma nadie ¡he dicho GENERALIZANDO!, que todos somos muy brutos y no nos gusta nada la sesión de mimos y de "pobrecitos" pero algún mortal hay que sí le guste)
Bien. Ahí se puede entrar al trapo de: "Se nos han dado dos orejas y una boca, para escuchar más y hablar menos" (No recuerdo de quién es la cita, pero siempre me ha gustado mucho). Pero... ¿Donde acaba el egoísmo de querer ser escuchado, para pasar a ser "necesidad"?
Quiero decir. El hombre es un ser que se comunica (y si no recuerdo mal era una cosa interactiva) Así que ¿Donde comienza tu egoísmo y donde termina el mío?
Creo que me he embrollado un poco, y no sé si me terminé de explicar.
Por supuesto, diré que yo siempre escucho, nunca necesito demasiado, y niego y negaré que abrí el blog para poder hablar "libremente", pero el hecho es que lo he abierto, y que (poco) lo uso. Y eso que no debería quejarme, que hablar (sobre todo de pajaritos) me dejan. Otra cosa es que escuchen. A veces lamento profundamente enterarme de todo lo que me cuentan, analizarlo, preocuparme cuando procede, y alegrarme cuando también. He de decir que no me gusta el pobrecito. Si un amigo necesita algo, suelo ser la amiga "bruta" que dice aquello de: "¿Y cual es la solución?" Luego me ablando, y digo aquello otro de: "Venga, que tú puedes, y yo te ayudo" Pero pobrecito... Fundamentalmente lo lamento, por que cuando yo necesito unas "orejas reflexivas" tengo que ser bruta y decir: "¡Eh! ¡Sientate y escucha!"En fin. Que escuchar y ser escuchado es difícil, en la medida en que a todos nos gusta ser escuchados y a muy pocos no nos disgusta escuchar. De modo, que siempre estamos con la protesta de "Pobrecito yo, que nadie me quiere", más o menos.
Tanta parrafada, y creo que no dije lo que quiero decir... ¡cachis! ¡menos mal que nadie me ha interrumpíoooo!! jajajaja
Un saludico

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